Artritis Reumatoide. Mejora con Frecuencias de RIFE.

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta principalmente las articulaciones, aunque también puede tener manifestaciones en otros sistemas del cuerpo. Aunque la causa exacta de la AR no se conoce completamente, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales desencadena la respuesta inmunológica anormal que caracteriza a esta enfermedad.

SALUD- FRECUENCIAS DE RIFE

7/1/20232 min read

a woman with a red and white striped shirt holding her hand out to her left
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Desencadenantes y Factores de Riesgo:

La AR se cree que tiene una base multifactorial, con una combinación de factores genéticos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Algunos desencadenantes potenciales incluyen infecciones virales o bacterianas, factores hormonales y exposición a ciertos agentes ambientales.

Proceso Inflamatorio:

En la AR, el sistema inmunológico desencadena una respuesta inflamatoria en las articulaciones, causando hinchazón, enrojecimiento y dolor. Esta inflamación crónica puede dañar el cartílago, el hueso y otros tejidos articulares, y a medida que progresa, puede afectar múltiples articulaciones en el cuerpo.

Manifestaciones Clínicas:

La AR generalmente comienza de forma insidiosa, con síntomas como rigidez matutina, hinchazón y dolor en las articulaciones, especialmente en las pequeñas articulaciones de las manos y los pies. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas pueden extenderse a otras articulaciones, como las rodillas, codos y hombros. Además, la fatiga, la debilidad y la pérdida de apetito son comunes en los pacientes con AR.

Evaluación Diagnóstica:

El diagnóstico de AR se basa en una combinación de la historia clínica, el examen físico y los hallazgos de pruebas complementarias. Los análisis de sangre pueden revelar la presencia de marcadores como el factor reumatoide y los anticuerpos antipéptidos citrulinados cíclicos (anti-CCP). Las pruebas de imagen, como radiografías y resonancias magnéticas, pueden mostrar cambios característicos en las articulaciones afectadas.

Clasificación y Severidad:

La AR se clasifica según los criterios establecidos por el Colegio Americano de Reumatología y la Asociación Europea de Reumatología. Estos criterios incluyen la duración de los síntomas, el número de articulaciones afectadas, los resultados de los análisis de sangre y los hallazgos radiológicos. La severidad de la enfermedad se evalúa mediante escalas clínicas, como el índice de actividad de la enfermedad en la AR.

Consecuencias Sistémicas:

La AR es una enfermedad sistémica que puede afectar otros órganos y sistemas, no solo las articulaciones. Los pacientes con AR tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones como enfermedad cardiovascular, osteoporosis, síndrome de Sjögren, inflamación pulmonar y anemia.

Manejo Integra:

El manejo de la AR se enfoca en controlar la inflamación, aliviar los síntomas y prevenir la progresión del daño articular. Esto puede implicar el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, corticosteroides, fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME), terapia biológica y fisioterapia. Además, se fomenta un estilo de vida saludable, con énfasis en la actividad física, una dieta equilibrada y el manejo adecuado del estrés.

En conclusión, la artritis reumatoide es una enfermedad crónica autoinmune que afecta las articulaciones y puede tener consecuencias sistémicas. El diagnóstico temprano y el manejo integral son fundamentales para controlar la inflamación, aliviar los síntomas y preservar la función articular. Si presentas síntomas de artritis, es importante buscar una evaluación médica adecuada para recibir un diagnóstico y un tratamiento oportunos.